Cómo están los ánimos por las sierras del Sureste turolense. La asociación Viento Alto (recordemos: formada por alcaldes a favor de poner parques en sus municipios) y sus representantes atacan duramente a quien les señala con el dedo por sus desmanes eólicos… y fotovoltaicos, que no se les olvide que pretenden expulsar de sus tierras a los legítimos habitantes del Más de Domenech, en Puertomingalvo.
Desde Teruel Existe vamos desmontando aquellas promesas de cuento que nos vendían sobre los parques eólicos. Ya nadie se cree lo de la luz gratis; más bien los ediles actuaban como verdaderos comerciales de una empresa privada. A nadie se le engaña ya con “los miles de puestos de trabajo”, ya se sabe que el empleo sólo se produce durante la fase de construcción, y que, bien analizado, durante la explotación hay una pérdida neta de empleo en otras actividades. ¡Con lo que nuestras comarcas han trabajado en materia de turismo, etc!
Poco a poco van calando en la opinión pública las afecciones que producen semejante instalación industrial en nuestro paisaje (hasta los alcaldes de Viento Alto relatan que se han llenado de chatarra las tierras limítrofes).
Aunque la Evaluación Ambiental para estos parques del Clúster del Maestrazgo prohíbe usar recursos hídricos de la zona, actualmente se están realizando catas geológicas para buscar agua, que se necesitará para el hormigón en la construcción de los molinos. Y mientras, este verano no se va a llenar la piscina de Mosqueruela por la sequía.
Parece que, a base de escasez, algunos se van convenciendo de la importancia del agua, y que los ingentes consumos hídricos que necesitan estas instalaciones no son compatibles con las necesidades de nuestros municipios.
También cala entre nuestros vecinos que no es todo tan bonito como lo pintaban: los daños en el paisaje y en la biodiversidad que estas centrales eléctricas producen son irreversibles. Que le pregunten a Masía, el último quebrantahuesos del Maestrazgo, abatido por las aspas de un aerogenerador. Una especie en peligro de extinción y que, como bien decía un periodista el otro día: “Tantos molinos y tan grandes como el ansia de ganar dinero, la falta de respeto y el desprecio al Medio Ambiente. No es Masía, es todo lo que simboliza y el desprecio también a quienes cuidan nuestros montes y los habitan”.
Lo triste es que los representantes de Viento Alto sí se creyeron ese discurso terrible de que no tenemos futuro, que tienen que venir a salvarnos de nuestra triste existencia, que nuestras vidas aquí, igual que nuestras actividades no valen la pena…. Este discurso fatalista no sirve para generar futuro ni para avanzar en nuestros proyectos de vida. Solo es útil para que especuladores sin escrúpulos avancen en sus negocios.
Pero la realidad es que ya a nadie engañan con el “proyecto de futuro” que suponen estas industrias. Ya se sabe que, al contrario de lo que nos vendían, este tipo de masificación industrial no revierte la despoblación, sino que la acelera. Y si de dinero hablamos, ¿por qué no se ha negociado el importe por megavatio? ¿Por qué se toma como buena la oferta que primero se ha puesto sobre la mesa? ¿Por qué se han aplicado deducciones a las tasas municipales, deducciones que solo favorecen a los promotores?
El tema de las mayorías siempre sale a relucir, en esto lo que podemos recordar es el cómo se han obtenido en algunos casos (amenazas, agresiones, engaños….). Si tan insignificantes somos… ¿Por qué están tan pendientes de nosotros? ¿Será que decimos verdades incómodas?
Y es que la democracia, aparte de respetar esa representatividad emanada de las urnas, exige un cumplimiento estricto de las normas que nos rigen. Así que menos golpes en el pecho y más respeto, pues hay demasiadas decisiones que no son como para estar orgullosos. Como conclusión se podría decir que ‘Deforestalia’ no nos deja ver el Maestrazgo o la Sierra de Gúdar como lo que ya es: una tierra que alberga los proyectos de futuro de todos sus habitantes. Ya somos sostenibles y con mucho futuro por delante.
Firmado: Joaquín Gargallo, ganadero y concejal en Mosqueruela de Teruel Existe.