Nota de prensa Gobierno de Aragón
- Ascienden a 830.508 euros y supondrán crear estructuras que sostengan la calzada en las zonas de los pontones
El consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro, ha visitado las obras de emergencia que se están realizando para la consolidación de 12 pontones y muros de sillería sobre los que se asienta la carretera A-1702 entre Villarluengo – La Cañada de Benatanduz y el cruce con la carretera A-226 que da acceso a Teruel y a Cantavieja.
El aumento del tráfico pesado en esta vía ha provocado problemas tanto en la propia calzada, con daños en el firme, como daños en las estructuras de las obras de paso y muros de mampostería. La inversión prevista en esta obra de emergencia es de 830.508 euros a los que se suman los 700.000 euros que ya se han invertido en los pasados dos años para hacer mejoras en el firme de la carretera. El plazo de ejecución de las obras es de 4 meses y se estima que estén finalizadas a finales de marzo. La planificación de las obras contempla el cierre de la carretera el menor tiempo posible y que los trabajos puedan ser compatibles con el tráfico rodado. En la visita han participado el director general de Carreteras, Bizén Fuster; el director provincial del departamento, Ignacio Belanche; y el delegado territorial, Benito Ros.
Tal y como ha explicado el consejero José Luis Soro, el pasado verano se colocaron unos testigos para observar el movimiento de los arcos, bóvedas y muros tras detectar aperturas y fisuras “ante los datos recogidos se ha hecho necesario actuar de emergencia para evitar el colapso de las estructuras y el hundimiento de la calzada”.
Soro ha recordado que esta vía es la única de acceso de La Cañada de Benatanduz a Cantavieja y Teruel, es decir, las localidades de referencia en las que se prestan los principales servicios de sanidad, educación y de comercio. El consejero ha recordado que “la actuación era prioritaria para evitar que se produjese un corte de la vía de larga duración”.
En el caso de los arcos, la solución propuesta consiste en la instalación de dos filas de micropilotes desde la calzada hasta el suelo de la estructura a ambos lados de los arcos. Sobre estos micropilotes, que funcionan como unos pilares, se coloca losa de hormigón que servirá de base para la calzada. En definitiva, con esta actuación se crea una nueva estructura que es la que soportará el peso del tráfico. Además, se actúa en el firme de la calzada, que se encontraba muy deteriorado. La intervención consiste en un reciclado del material existente al que se le añade cemento y, posteriormente, se extiende una nueva capa de firme. Además, se hace necesario trabajar en el cosido de las grietas existentes y en los puntos de fuga de material que se produce en los muros.