Mosqueruela ha vivido un intenso fin de semana, que se ha alargado hasta el miércoles, inmerso en la celebración de las fiestas en honor de la Virgen de La Estrella. Se trata de una festividad que se celebra anualmente el último fin de semana de mayo, y que este año regresaba tras el parón obligado por la Covid-19. La tradición marca que el día grande de los festejos es el domingo, día central en el que tiene lugar la romería de casi 22 km desde Mosqueruela hasta el mítico barrio de La Estrella. Si bien, la programación de la edición del 2022 ha tenido tiempo para disfrutar de música en directo, exhibiciones de emboladores, campeonatos deportivos y de juegos tradicionales. “Ha sido una edición muy emocionante por volver a celebrar una de las fiestas más importantes del pueblo. Pero sobre todo, por ver trabajar conjuntamente a la Comisión de Fiestas, a la Cofradía de la Virgen de la Estrella y al vecindario por mantener vivas las raíces históricas de nuestro pueblo”, ha admitido, satisfecha, la alcaldesa de Mosqueruela, Alba Lucea.
El viernes 27 de mayo empezaron los actos con la bendición de los rollos, que se repartieron el domingo en la Rogativa hasta La Estrella. Antes de llegar a los preparativos tradicionales del domingo y lunes, tanto el viernes como el sábado se dedicaron al ocio cultural, con multitud de conciertos en directo y la apertura del Mesón del Vino. “Como novedad de este año, la Cofradía organizó la Puesta de Pañuelos a los niños nacidos en 2020, 2021 y 2022. Un acto inédito hasta la fecha que despertó una gran emoción entre los presentes”, ha explicado la alcaldesa de la localidad. La tradición de actos no impide, en estas Fiestas, innovar de nuevos para honrar y dar la bienvenida a este mundo a los recién nacidos.
La madrugada del domingo dio el pistoletazo de inicio del día grande de las fiestas. A las 5h de la mañana se realizó el canto del rosario de la Aurora, mientras los cantores recorren las calles del pueblo. Según marca la tradición, los cantores eran un grupo de 12 hombres y un campanero a imagen y semejanza de Jesús y sus apóstoles. Tras el éxodo rural de los años 70, se ampliaron el número de cantores que podían participar para garantizar y compaginar todos los actos de la programación. Tras estos cantos, se pasó al Rosario de la Aurora y, una vez terminado, transcurrió la Misa matutina y el canto de “Los Gozos a la Virgen de la Estrella”. Tras ello, los romeros y una gran comitiva que les acompaña inician la Rogativa hacia el Santuario de la Virgen de la Estrella, pasando por la Ermita del Loreto y por Fuente Aparicio -donde se reparte el rollo y huevo de la Caridad-. Durante todo el camino se van sucediendo diversos cánticos, hasta llegar al Santuario, donde una procesión recibe a los romeros. Allí dormirán tanto los romeros como vecinos y vecinas para esperar el lunes festivo.
El lunes, tras los correspondientes actos religiosos y los diferentes cantos en honor a la Virgen, la Rogativa regresó a Mosqueruela, pasando por puntos de importancia capital como el Enebro de los Borrachos. Al caer la noche llegaron los romeros y su comitiva, donde les esperó la multitud engalanada con multitud de decoraciones. Durante los dos últimos días de fiesta se prolongaron las actividades deportivas y culturales, aprovechando los días de fiesta de niños y niñas. Unos días de emoción a flor de piel en Mosqueruela y el legendario pueblo de La Estrella, vértice de Aragón a orillas del río Monleón.