La Comisión de fiestas, como anfitriones, se encargaron de darles una gran acogida. Los niños y niñas, nerviosos pero emocionados, dieron la bienvenida a sus Majestades de Oriente, que llegaron al pueblo en sus caballos.
Tras recorrer las calles del pueblo y saludar a todos los presentes, los tres reyes hicieron una parada en la plaza para adorar al niño Jesús y dedicarle unas palabras a los vecinos. Todos juntos cogieron camino al Centro Social, donde se repartieron los regalos.
La visita de este año regresó con normalidad a la situación pre pandémica, por lo que ni los niños ni los reyes pudieron evitar abrazarse y besarse. Melchor, Gaspar y Baltasar, contentos por el recibimiento, ya cuentan los días para volver.