- Rubén Pérez Moreno, autor del estudio, explicó cómo su interés por el escultor derivó en su tesis doctoral y desembocó en esta edición crítica de su autobiografía
El salón de plenos del Ayuntamiento de Molinos acogió la presentación de ‘Hierro candente’, un estudio crítico elaborado por Rubén Pérez Moreno sobre la autobiografía del escultor turolense Eleuterio Blasco Ferrer. David Ferrer, alcalde de Molinos, y Carlos Serrano, coordinador de Rolde de Estudios Aragoneses, entidad responsable de la edición del libro, destacaron la relevancia de esta publicación para la recuperación de la memoria cultural e histórica del territorio, especialmente para poner en valor la figura de Blasco Ferrer. Tampoco faltó a la presentación Roberto Rabaza, consejero de Patrimonio de la Comarca del Maestrazgo. Cabe resaltar que la Comarca ha colaborado en la financiación
Rubén Pérez Moreno, autor del estudio y doctor en Historia del Arte, explicó cómo su interés por el escultor derivó inicialmente en su tesis doctoral y cómo este trabajo desembocó finalmente en la presente edición crítica de la autobiografía escrita por Blasco Ferrer en 1950.
Durante su intervención, desgranó el contenido de estas memorias, haciendo hincapié en las numerosas omisiones presentes en el texto original: su pasado ácrata, su papel en el Centro Obrero Aragonés de Barcelona, sus exposiciones en ateneos libertarios o la represión sufrida en Francia durante la ocupación nazi. Todos estos aspectos son abordados en profundidad en el análisis crítico que acompaña la obra.
Pérez Moreno también realizó un recorrido por la trayectoria vital y artística del escultor: su infancia en tierras del Maestrazgo, su formación en Barcelona, su participación en la Guerra Civil, el exilio republicano de 1939, el internamiento en campos de concentración, los años de la ocupación alemana, su relación con Picasso y el reconocimiento artístico logrado en París a partir de finales de los años 40.
Asimismo, el escritor puso en valor la importancia de contar con esta autobiografía para el estudio del exilio artístico español y aragonés, y también el papel del Museo de Molinos, gestionado por el Ayuntamiento en colaboración con la Comarca, como custodio de la obra de Blasco Ferrer.