Fotos. Arrastre de zarzas y dichos para conmemorar a San Antonio en La Iglesuela del Cid

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‘Buenas noches San Antonio y a todos en general…’ así arrancan, un año más, los tradicionales dichos al pie de la hoguera en la Iglesuela del Cid, una de las muchas tradiciones que el pueblo lleva a cabo para honrar a San Antonio, patrón de los animales. Este año la festividad se ha celebrado el 28 y 29 de enero, con un aforo completo en todos los actos organizados por los mayorales.

La fiesta arrancó el sábado por la mañana con el arrastre de las zarzas, cuando ningún vecino se quiso perder como las caballerías entraban al pueblo las zarzas que arderían en la hoguera con los jóvenes sobre ellas. Tampoco los turistas y quienes pasaban por la carretera, y es que no deja de sorprender este multitudinario y curioso arrastre.

A las 19.00 comenzó la Sanantonada, donde los portadores de la tea iluminaron a San Antonio por las calles del pueblo. El santo no estaba solo, porque le acompañaban los diablos pegándole y la abuela. Un frío recorrido hasta llegar al Olmico, donde los vecinos que quisieran, montados en algún caballo, recitaron los dichos a San Antonio. Recuerdos a seres queridos y palabras para el pueblo para pedir prosperidad a familiares y animales. Los usuarios de la residencia también prepararon y grabaron con cariño un bonito dicho que se pudo escuchar, mientras ellos también disfrutaban del ambiente festivo desde la ventana. Tras los dichos y un fuerte ‘Viva San Antonio Abad, Viva la Iglesuela y Viva la Virgen del Cid’, se prendió la hoguera, que iluminó y calentó a los allí presentes.

Tras la hoguera, todo el pueblo puso rumbo a la sardinada en el Centro Social, donde degustaron la cena típica, sardinas escabechadas, patatas al horno, ensalada, mandarinas, calmante y pastas. Tras el bingo y la rifa, arrancó Felipe Show y la disco móvil para los que aún tenían ganas de fiesta.

El domingo fue el turno de la misa y bendición de los animales, y seguidamente la ronda jotera por las calles, donde a la rondalla, cantadores y todos los asistentes no les faltaron los pasteles de calabaza y la barracha. Concluía un fin de semana lleno de diversión, hermandad y costumbres para augurar prosperidad al ganado.