El 89% de las residencias de Aragón cuentan ya con la segunda dosis de la vacuna frente a la COVID-19

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El 89% de las residencias de Aragón (15.375 residentes y 10.019 trabajadores) habían recibido la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus al final de la semana pasada y el proceso de inmunización frente al virus en estas instalaciones se cerrará en los próximos días. El dato que evidencia el avance de la vacunación en la Comunidad lo ha ofrecido la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto, en su visita, esta mañana, a las instalaciones del Centro de Atención a Personas con discapacidad intelectual CAMP-CADI de Zaragoza, donde ha analizado la situación de las residencias a día de hoy en el contexto de la pandemia y también la especial dureza con la que las personas con discapacidad intelectual están viviendo sus consecuencias y las restricciones sanitarias. La consejera ha estado acompañada por el director de este centro, Francisco Pitarch, así como por Teresita Almagro, en representación de las familias de los residentes.

Respecto a la situación de la pandemia en las residencias, María Victoria Broto ha indicado que, si bien es pronto para tener la fotografía completa, el alto grado de inmunidad alcanzado ya en los centros, está teniendo como consecuencia una disminución en los brotes y en el número de contagios. “Debemos ser muy muy prudentes y esperar, pero es cierto que la incidencia baja y que esto lo venimos constatando desde el inicio de la vacunación”. En estos momentos, y frente a los 48 brotes que aún permanecían abiertos el pasado jueves, la cifra se sitúa en 41; también el número de residentes contagiados (753) y de trabajadores (220) ha descendido en solo unos días. “El conjunto de estos datos y su análisis junto al Departamento de Sanidad nos llena de esperanza, tenemos ganas de pasar página. La fuerza y la esperanza están en la vacuna, pero también en el sentido común”, ha aseverado Broto. Del mismo modo, una semana después de recibir la segunda dosis, en solo cuatro centros de todo Aragón se ha declarado un brote, y estos brotes son –además- más leves.

26 de 76 plazas ocupadas en Casetas

Estas cifras a la baja inciden directamente en la demanda en los centros covid y permiten cerrar el centro de Valdespartera (habilitado para asintomáticos), que ha atendido a 181 personas, entre ellas a 16 menores, puesto que contaba con un espacio para familias. El descenso de la demanda se está notando también en Casetas -el único que permanece abierto para residentes positivos- donde de sus 76 plazas disponibles, ahora mismo hay ocupadas 26. Aquí se ha atendido desde su puesta en marcha a 987 personas; mientras que el conjunto de los centros covid de Aragón han tratado a 1.441.

En su estancia en el CAMP, la consejera ha querido reiterar que, de momento, las medidas restrictivas que rigen en Aragón desde septiembre, en cuanto a salidas y visitas, “no se van a modificar de forma inmediata, si bien si se va a estudiar su flexibilización en los próximos días”. En sentido, Broto ha reconocido que las restricciones han sido y siguen siendo duras “para todos, los residentes y sus familias y han sido especialmente complicadas en los centros de personas con discapacidad”.

Una realidad en la que han hecho hincapié tanto el responsable del CAMP, como la representante de las familias de los residentes. “En un centro de estas características –ha explicado Francisco Pitarch- es muy difícil cumplir con las normas y las restricciones, nuestros chicos no pueden vivir sin contacto, y el aislamiento ha resultado especialmente duro”. Además de esta constatar esta realidad, Pitarch ha indicado también que “tras la vacunación en el centro, se respira más tranquilidad, y las vacunas han resultado un alivio”. “Son la esperanza –ha añadido Teresita Almagro- y a ellas nos aferramos para pensar que las cosas van a cambiar”. En este centro se han vacunado 165 de los 198 trabajadores y 103 de sus 106 residentes.

Mejora en las instalaciones

En estas instalaciones del CAMP se han llevado a cabo obras de mejora que se han realizado gracias a la herencia que dejó al centro Ramón Galindo, familiar de un residente. En total, 851.000 euros que han servido para mejorar las cubiertas, la eficiencia energética del edificio y redistribuir y mejorar los espacios.