Descubriendo la casa-museo del obispo Alfonso Milián en La Cuba

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El Ayuntamiento de La Cuba, con la colaboración de la Comarca del Maestrazgo, abrirá el próximo 25 de marzo a las 18h las puertas de este nuevo espacio cultural

Si hay un referente en La Cuba ese es el obispo Alfonso Milián. Nacido en el municipio en 1939, estudió Humanidades en el Seminario de Alcorisa, luego Filosofía y Teología en Zaragoza y se licenció en Teología Catetéquica en Madrid. Aunque su devoción a Dios le alejó de su pueblo natal, Alfonso Milián nunca se desvinculó por completo de sus raíces y sus gentes en La Cuba, donde se crió y vivían sus padres. El cariño por su pueblo natal le llevó a conservar la casa familiar, guardar en ella objetos que ya no se usaban y hacer acopio de aquellos que encontraba hablando con los vecinos.

Ahora, la casa de la familia Milián se ha convertido en la casa-museo del obispo Alfonso Milián. Esta iniciativa ha sido posible gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento, que adquirió la vivienda, a los sobrinos de Alfonso Milián, cuyo deseo era que se convirtiera en un museo, y la Comarca del Maestrazgo, que ha ayudado en la limpieza, ordenación e inventariado de las piezas que se encontraban en la casa.

A partir del próximo 25 de marzo, cuando a las 18h se inagure la casa-museo, vecinos, vecinas y visitantes podrán descubrir la casa del obispo Alfonso Milián tal y como él la habitaba. Conocer los lugares que usaba en sus frecuentes visitas a La Cuba y también los espacios donde él mismo expuso los restos materiales del pasado de La Cuba y la comarca del Maestrazgo.

Entrando por la cochera, dónde tenía un pequeño taller de carpintería, no faltan las herramientas y los aperos del trabajo en el campo. En la cocina se aprecian reformas realizadas hasta los años 70. En la sala principal y sus dos alcobas, Alfonso Milián guardó objetos curiosos como arcas de madera, el conjunto de cocio y banco para hacer la colada, maletas y útiles de barbero entre muchas otras piezas que transportan al pasado siglo XX. Tampoco faltan piezas realizadas por el propio obispo. Llama especialmente la atención una cruz realizada a partir de dos ramas y una soga con la que representa a Cristo.

También cabe resaltar que el trabajo de recuperación de objetos en la vivienda ha sido exhaustivo. Tal es así, que algunas de las piezas encontradas, como ajuares de ropa de mujer y hombre, se pueden ver en la muestra de indumentaria de La Iglesuela del Cid.