El enemigo único

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Fernando Safont Alcón, alcalde de La Iglesuela del Cid y presidente de la Asociación Viento Alto

Las crónicas dicen que la frase, “Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá”, fue la piedra angular, con la que Joseph Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y la Propaganda del III Reich, articuló los “Principios de la Propaganda”, que, a tenor de las reacciones tras la aprobación por parte del Consejo de Ministros, del Clúster Maestrazgo el pasado 23 de julio, parece que vuelven a estar de actualidad.

Si nos basamos en el “principio de simplificación y del enemigo único”, el Clúster Maestrazgo, es el enemigo a batir, sobre el que se sustentan todos los males, y una vez identificado, entra en juego el “principio de exageración y desfiguración”, afirmando que el proyecto “puede suponer la tala de dos millones de árboles adultos y arrasar casi dos mil hectáreas”, cuando la realidad del mismo, y para confirmarlo solo hay que ir a la Declaración de Impacto Ambiental aprobada el 1 de diciembre de 2022, es que por ejemplo, la instalación de los 125 aerogeneradores (122 después la aprobación por el Consejo de Ministros) suponía, en su caso, la poda y tala de 8,68 hectáreas de masa forestal y arbustiva, frente a las 125 hectáreas que se afirma. Lo mismo sucede cuando se habla de los “327 kilómetros de pistas” que hace falta construir, cuando la realidad nos dice que son 74,7 los kilómetros de nuevas pistas necesarios; o de kilómetros de líneas, donde además de incrementarlos porque sí, se incrementa la franja de roturación, no vaya a ser que una verdad estropee una buena historia.

Siguiendo con los principios, hace unas semanas vimos como se hacía uso del “principio de transposición”, y para aplicarlo, qué mejor que hacer creer que un quebrantahuesos, abatido por las palas de un aerogenerador en Castellón, haya muerto en Teruel. Todo para batir al enemigo único, y de paso dar entrada al “principio del método de contagio”, reuniendo a varios actores como si fueran uno solo, y como manda en estos días de calor, encendiendo el ventilador del “principio de verosimilitud”, enviando globos sonda e informaciones que rompen hasta con el carácter de obligatoriamente secretas de las deliberaciones del Consejo de Ministros.

Y aplicando aquello del “difama que algo queda”, no está de más aclarar que los pueblos que integramos la Asociación Viento Alto solicitamos al ex – delegado del Gobierno de Aragón en Teruel información y asesoramiento sobre cómo nos podíamos constituir como una agrupación de municipios para defender nuestros intereses y los de los vecinos a los que representamos. Nada más y nada menos. Solicitamos información y asesoramiento a las administraciones siguiendo el principio de subsidiariedad. Si a eso le quieren llamar presiones o utilizar otro vocablo… pues eso, que lo hagan. Quien quiera ver más allá que lo vea. No hay más.

La aplicación, falazmente eficaz y rigurosa, de los citados “Principios de la Propaganda”, y del resto, “vulgarización”, “orquestación”, “renovación”, “silenciación” y “transfusión”, entrelaza unos con otros, con el objetivo último, de llevar a buen puerto el “principio de la unanimidad”, y con él, crear una falsa impresión de unanimidad, que, aunque no sea tal, y el enemigo único cuente con la aprobación necesaria de quien corresponde y con el beneplácito de los municipios donde se implanta, sea la que marque el discurso.

Todo por intentar batir al enemigo único.