Vuelve el momento de los olvidados

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Vuelve el momento de los olvidados
Vuelve el momento de los olvidados
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Opinión: Ricardo Altabás Tena, alcalde de Cantavieja.
Hace un año vivimos una situación dramática en Cantavieja con la nieve en la que nos sentimos olvidados y, muy a nuestro pesar, la noche del pasado viernes al sábado hemos padecido un suceso similar, en el que vuelve a quedar de manifiesto esa sensación de olvido que regularmente sentimos.
Esa noche quedó atascada en la carretera, debido a un ventisquero en el Cuarto Pelado y alrededor de las 23.45 horas, la ambulancia que da servicio a los pueblos del Maestrazgo. Lo hacía tras haber realizado un traslado de urgencia al Hospital de Teruel y cuando se dirigía de vuelta a Cantavieja para estar dispuesta ante una nueva incidencia que puede producirse en cualquier momento. Más en una comarca con pueblos tan dispersos como la nuestra.
Elena y José Antonio, los eficaces profesionales que desarrollan una labor fundamental para nuestros pueblos con la ambulancia, tuvieron que pasar siete horas a la intemperie a 1.700 metros de altitud, con paciencia, resignación y miedo, y con unas ventiscas impresionantes (similares a las que otros estarían sufriendo desde el sofá de su casa…).
Esos son los hechos vividos la pasada noche del viernes al sábado en la Comarca del Maestrazgo. Un nuevo capítulo de una realidad que se vive con demasiada frecuencia en nuestros pueblos y ante la que no nos vamos a resignar. ¿Ahora qué?
Dos personas estuvieron abandonadas durante siete horas en una carretera. Dos profesionales que estaban realizando su trabajo, no estaban de fiesta, y cuya situación provocó que ocho pueblos no dispusieran de servicio de ambulancia todo ese tiempo. Menos mal que no hizo falta.
La brigada de Obras Públicas con base en Cantavieja ha realizado durante todos estos días de nevadas una labor fantástica y, si hubiera sido avisada esa noche, nada de lo vivido por estas personas habría sido de tal gravedad. Las quitanieves del voluntario de bomberos de la Comarca y de la Diputación Provincial de Teruel no han parado tampoco en estos días con un trabajo encomiable.
Tenemos unos profesionales en nuestros pueblos impresionantes, capaces de afrontar y atender cualquier urgencia que vivimos. Otra cosa es quienes son las personas encargadas de dar las órdenes, posiblemente muy desconocedoras de la realidad del medio rural.
Como alcalde soy avisado en numerosas ocasiones por parte del 112 cuando hay alguna incidencia que atañe a mi pueblo: un perro suelto, la pérdida de un robellonero, la presencia de un caballo en la carretera, la existencia de una piedra en una vía pública… A cualquier hora del día y de la noche. Y yo encantado porque soy su alcalde y adquirí una responsabilidad de servicio con mis vecinos.
Pero, ¿por qué en este caso concreto no nos avisaron cuando eran unos hechos de enorme gravedad? Imagino que ahora todo serán excusas, alusiones constantes a un protocolo que se ha demostrado equivocado… Pero la verdad es que dos profesionales y la ambulancia que da soporte a nuestros pueblos estuvieron abandonados a su suerte durante siete horas en una carretera y en una situación verdaderamente adversa.
Esto no es más que un nuevo episodio de lo que siempre nos pasa. Al final solos, siempre solos. Estamos cansados de excusas, de que nos hablen de servicios, despoblación, proyectos y propuestas, porque al final, cuando tenemos un problema, volvemos a la triste realidad: los que vivimos en los pueblos no les importamos.
En fin, estamos cansados. Muy cansados.
Un abrazo de parte de los olvidados.